lunes, 26 de mayo de 2008

Yo no me hago responsable


La hija de una amiga acudiría a una sesión de fotos para una niña de 7 años y se les ocurrió invitarme, así que acudimos, mi amiga, su hija y la niña. Llegamos 10 minutos antes de la hora y nos anunciamos; obedeciendo las sugerencias por teléfono habían llevado varias prendas de vestir para cambiarse, cuando preguntamos donde sería el vestidor nos indicaron un baño pequeño, donde además seria el ropero temporal hasta que dure la sesión de fotos, es una baño no exclusivo para las personas del estudio sino que además lo utilizan los clientes de la tienda y las personas que lavan los carros y cambistas de la zona, ¡un baño público¡¡. Cuando Malicia que así se llama la fotógrafa vio que dejábamos las maletines en el baño espeto un sonoro y militar " Yo no me hago responsable de sus cosas”, lo que nos dejo fríos a todos, Malena la joven mamá que traía n su cartera más de una tarjeta de crédito, se quedo helada, cuando estaba en plena sesión de fotos su mirada era para el baño, no estaba en la sesión, su mente estaba puesta en la puerta del baño, no era ella, era una persona angustiada por sus cosas, no salió corriendo por que le había prometido a su nena la tan ansiada sesión de fotos, yo contemplaba absorto semejante escena, ¡ era una empresa grande, que había invertido en todo un sistema de captación de clientes por teléfono, volantes inscripciones, y un call center, tanta inversión para que en el momento más importante del proceso de venta le diga al cliente “ yo no me hago responsable”, ¡ pero si está en su empresa, ha venido por fotos , no por papas ni camotes ¡. Lo más difícil ya estaba hecho, hacer que el cliente venga hasta el estudio ¡
Los diplomas en la pared mostraban muy orondos los diplomas, “ KODAK”, “IPAD”, etc. que la señora fotógrafa mostraba en la pared.
Cuando termino la sesión de fotos mejor dicho la tortura fotográfica, mis amistades no querían saber de otra cosa que salir corriendo, la fotógrafa dio la impresión que también estaba apurada, sumamente apurada, no mostro el photobook que vimos al entrar al estudio, dicho sea de paso ¡ nadie lo mostro ¡, y en ese local había una señorita sentada en una PC, una bella morena y joven mirando el techo, ¡ cuatro personas¡¡
Después no se queje si no vende ¡¡
Fernando.